La batalla por la tecnología más trascendental en décadas se está poniendo fea rápidamente. La increíble agitación de OpenAI, con el ex-CEO Sam Altman atrapado en el medio, podría tener amplias implicaciones sobre quién controlará el futuro de la inteligencia artificial.
Hace un año, OpenAI era una startupdesconocida que desató una tecnología tan poderosa que casi de inmediato generó comparaciones con Prometeo trayendo fuego desde el reino de los dioses. ChatGPT —la herramienta de inteligencia artificial que suena impresionantemente humana— y la organización sin fines de lucro que la construyó, rápidamente se convirtieron en sinónimo del campo emergente de la inteligencia artificial generativa.
Ahora, apenas 12 meses después, una desastrosa reorganización en la sala de juntas ha alterado el equilibrio de poder en la industria. Con OpenAI enfrentando un posible motín, es Microsoft (el gigante de 50 años mejor conocido por sus pesados software de trabajo de oficina como Excel y PowerPoint) el que de repente se encuentra a la vanguardia de la innovación tecnológica más significativa en décadas.
Microsoft anunció que Altman y varios otros miembros clave de OpenAI se unirían a la empresa para ayudar con su innovación en inteligencia artificial. Su plan para integrar el grupo de expertos ChatGPT bajo su propia marca podría impulsar la expansión de las herramientas impulsadas por IA, haciendo realidad potencialmente los peores temores de los fundadores de OpenAI que temían que la tecnología peligrosa en las manos equivocadas también pudiera implementarse rápidamente en el esfuerzo por obtener ganancias.
¿Qué pasó?
En resumen: la junta directiva de OpenAI despidió abruptamente a su CEO y cofundador, Sam Altman, el viernes, lo que desencadenó un fin de semana caótico en el que la junta intentó, sin éxito, revertir la decisión. En 48 horas, Microsoft anunció que había elegido a Altman para liderar un nuevo grupo interno de inteligencia artificial (IA).
La ira dentro de OpenAI se desbordó el lunes, más de 500 de sus empleados amenazaron con renunciar a menos que recuperaran a Altman y la junta actual dimitió.
El lunes, la noticia de que Altman y otro cofundador de OpenAI, Greg Brockman, desertarían impulsó las acciones de Microsoft a un máximo récord.
También el lunes, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, admitió en entrevistas con Kara Swisher, colaboradora de CNBC y CNN, en su podcast, “On with Kara Swisher”, que la batalla por Altman aún no ha terminado. Reconoció que Altman podría en última instancia volver a liderar OpenAI si los cientos de empleados que amenazaron con renunciar tienen éxito en su intento de atraerlo de regreso.